– Cuando se reciben las notas, si no son buenas, no es un buen momento para hablar de ello. Dejar pasar una noche puede ser una buena estrategia para tratar el tema con el hijo estando calmados. En caliente se suelen decir cosas de las que luego uno se puede arrepentir.
– Explicar a los hijos que lo que toca, a partir de ahora, es ponerse a trabajar para recuperarlo. No centrarse solo en que ha suspendido, sino en lo que hay que hacer para superarlo.
– Es importante que cuando estén estudiando se les valore el esfuerzo, ya que esto les animará a esforzarse más y esto es el camino a los buenos resultados.
– Elabora el plan de estudios junto con tu hijo. Un horario con una rutina de lo que ha de hacer en ese tiempo. Distribuir el tiempo por materias y programarse antes de empezar lo que va a hacer de cada una de ellas. Esto ayudará a que sepa que es lo que tiene que hacer y además le será más fácil cumplirlo, ya que lo siente como suyo. Si se lo hace el padre o madre, lo puede ver cómo impuesto.
– Recuerda que lo obligatorio se refuerza, no se recompensa. O sea, valora lo que hace, pero no ha de obtener ningún regalo por hacerlo. Es su responsabilidad y así lo ha de aprender. No hay nada mejor para un hijo, que sus padres le reconozcan lo que ha hecho.
– Sobre todo recuerda que todo se educa y los hábitos de estudio también. Y un hábito se adquiere por repetición y constancia.