– No valores el resultado de lo que hace tu hijo. Valórale el esfuerzo que le ha costado hacerlo. Además de disfrutar más del resultado, le enseñará a luchar para conseguir lo que quiere.
– Si comete errores, no se los tapes. Tiene que aprender que todo el mundo comete errores y sobre todo que ha de corregirlos para seguir avanzando.
– Nos tenemos que olvidar de que con el mínimo es suficiente, tienen que intentar hacer las cosas lo mejor posible.
– No te has de preocupar solo por las notas, hay chicos y chicas que, por su capacidad, no necesitan esforzarse para aprobar. El problema llegará cuando con su capacidad no les baste y entonces se sentirán fracasados y no serán capaces de esforzarse para conseguirlo. Preocúpate por su trabajo diario y poténcialo, los resultados llegarán.
– No compares sus resultados, ni académicos, ni deportivos con los de otros niños. Enséñales a esforzarse para mejorar y sobre todo valórale ese esfuerzo. Tienen que aprender a mejorar cada día, no a ser mejores que los otros. Si los comparas y no llegan a ser como los otros, se rendirán y dejaran de esforzarse, además de afectar a su autoestima.
– No le concedas todos sus deseos, enséñale a ganarse las cosas con su esfuerzo
– Tienen que aprender a tener paciencia. Las cosas tardan en llegar, y los resultados del esfuerzo a veces no son inmediatos. Enséñale a esperar.