Por las circunstancias actuales los padres han de tirar mucho de los abuelos para que les ayuden con los hijos. Ellos gustosamente lo hacen. Pero ese gusto muchas veces acaba en empacho. No se sabe medir el tiempo y los niños se acaban pasando la vida entre el colegio y casa de sus abuelos.
Desde Aprender a educar queremos romper una lanza a favor de los abuelos y dar unas pautas para que estos disfruten, pero no sufran, a sus nietos.
Hemos de diferenciar entre dejarles los niños a todas horas, y todos los días, a dejarselos esporadicamente. Los abuelos necesitan tiempo para ellos. Tenemos que ser conscientes de que tienen unas limitaciones propias de la edad.
Pero sobre todo no les hemos de decir como los han de educar, ni imponerles nuestro criterio. Ellos tienen su forma, y por supesto les consentirán más que nosotros. Recordemos que los padres estamos para educar y los abuelos para malcriar. Los niños son muy listos y ellos saben diferenciar que es lo que pueden hacer en casa de sus abuelos y qué en casa de los padres. No obstante los padres han de estar al loro con los hijos, ya que estos intentarán sacar lo mejor de cada casa e imponerlo en la otra.
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