Unas cuantas recomendaciones para evitar que los hijos nos saquen de nuestras casillas.
– Fijar unas normas claras, estables y adaptadas a la edad del hijo o hija. Estas normas han de tener una consecuencia por incumplimiento que vuestro hijo ha de saber y si se salta una se aplica esa consecuencia. No tiene que variar en función del estado de animo y mantenerse firme tanto en las normas como en las consecuencias.
– Entender y aceptar a tu hijo. Si es movido, no va a dejar de serlo por que te enfades o bien si reta o le cuesta recoger el cuarto. Esto se corrige con lo dicho en el punto anterior, pero teniendo en cuenta que las normas cambian la forma de comportarse, no la forma de ser.
-No gritar nunca, no menospreciar los comentarios de los hijos ni usar sarcasmo. Esto pasa cuando se pierden los nervios, recuerda que tienes que aprender a gestionar tus emociones. El objetivo como padres es educar a los hijos y con gritos y enfados no se consigue.
– Realiza alguna actividad conjunta con tu hijo, esto ayuda a fortalecer los vínculos entre padres e hijos y facilita la relación.
– Ir padre y madre a la una es fundamental para la estabilidad emocional del hijo o hija y sobre todo para que no lo use para salirse con la suya. Sino es así, el aprovechará la situación y provocará discusiones entre la pareja. Sobre todo apoyarse mutuamente y no desautorizarse delante del niño.
– Valorar lo que hace bien, recuerda que si tu hijo se siente valorado y querido, intentará repetir aquella conducta por la que se le ha reforzado.