– Como prevención hay que dotar a los hijos de la capacidad suficiente para saber decir que no y ser capaces de soportar la presión del grupo. Para ello hay que fomentar una buena autoestima y seguridad en si mismos desde muy pequeños, eso no significa dejarles hacer lo que ellos quieran siempre, todo lo contrario, la autoestima y la seguridad de un hijo se forja encontrando el equilibrio entre poner normas, límites, consecuencias y grandes dosis de cariño.
– Hemos de tener un posicionamiento claro ante el consumo de porros y poner unas normas claras. Como que en casa no puede haber nada relacionado con el consumo, mecheros, papel, por supuesto droga… También regular horarios de salida y llegada y sobre todo adaptarlos a la edad del hijo.
– Tener una buena comunicación con los hijos, no interrogarles, sino hablando de los temas que a ellos les gustan y sobre todo entendiendo su postura o creencias, pero no justificándolas. Este es un factor de protección muy importante.
– Fomentar modelos de diversión en que los hijos disfruten y que no tengan ninguna relación con el consumo de substancias. Es muy importante que hagan algún deporte, el ambiente en estos clubs no suele ir ligado al consumo.
– Estar pendientes de nuestros hijos de con quién va y qué hace cuando sale con sus amigos y cómo vuelve, en que tipo de trasporte y en qué estado físico y mental.
– Sobre todo no alarmarnos, si vemos que no deja de consumir buscar ayuda en un terapeuta especializado en adicciones.